EL REPORTE DE LECTURA[1]
Definiciones:
·
El
reporte de lectura es una forma de comunicación escrita en el quehacer académico,
resultado de un cuidadoso proceso de lectura. Asimismo, lo utilizan los
profesores para llevar un control sobre
los avances de lectura de los alumnos. Elaborar el reporte de lectura requiere pasar por distintas
etapas: planificación, redacción,
revisión y reescritura.
· Un
reporte de lectura es un texto expositivo que suele emplearse como técnica para
estudiar cualquier asignatura. Permite a los estudiantes comprender un texto,
resumirlo, identificar las ideas principales y organizar su pensamiento. Los
reportes de lectura suelen presentar una síntesis del argumento y una opinión
personal.
De
otro lado, el reporte de lectura general o informativa debe contener los
siguientes datos:
1.
Título del texto, año de publicación y nombre del autor
2.
Tema central
3.
Ideas principales de la lectura
4.
Resumen, síntesis o reseña del texto
5.
Opinión personal del contenido de la
lectura
6.
Conclusión personal sobre el texto leído
Ejemplos de reporte
de lectura
Lectura: EL BUITRE (Franz
Kafka)
Érase un buitre que me
picoteaba los pies. Ya me había destrozado los zapatos y los calcetines, y
ahora ya me picoteaba los pies. Siempre daba un picotazo, volaba en círculos
inquietos alrededor y luego continuaba su obra. Llegó un señor, se quedó
mirando un momento y me preguntó por qué aguantaba yo al buitre.
-Estoy desamparado -le
dije-; llegó y comenzó a darme picotazos; yo traté de espantarlo y hasta pensé
torcerle el pescuezo, pero estos animales son muy salvajes y quería írseme a la
cara. Decidí sacrificar mis pies; ahora casi me los ha destrozado.
-No se deje sacrificar
-dijo el señor-; basta un tiro y el buitre se terminó.
-¿Cree usted? -pregunté-, ¿quiere ayudarme en este trance?
-Con mucho gusto -dijo el señor-; sólo tengo ir a casa a buscar el revólver, ¿podrá usted aguantar media hora más?
-¿Cree usted? -pregunté-, ¿quiere ayudarme en este trance?
-Con mucho gusto -dijo el señor-; sólo tengo ir a casa a buscar el revólver, ¿podrá usted aguantar media hora más?
-No lo sé -respondí, y por
un momento quedé rígido de dolor; luego añadí-: por favor, inténtelo de todas
maneras.
-Bien -respondió el
señor-, voy a apurarme con mi revólver.
El buitre había escuchado con calma nuestro diálogo, mirándonos al señor y a mí. De repente me di cuenta que había entendido todo; voló un poco, retrocedió para darse el impulso necesario, y como un atleta que arroja la jabalina ensartó el pico en mi boca, hasta el fondo. Al irme de espaldas sentí como me liberaban; que en mi sangre, que llenaba todas las profundidades y que rebasaba todos los límites, el buitre, inexorablemente, se ahogaría.
El buitre había escuchado con calma nuestro diálogo, mirándonos al señor y a mí. De repente me di cuenta que había entendido todo; voló un poco, retrocedió para darse el impulso necesario, y como un atleta que arroja la jabalina ensartó el pico en mi boca, hasta el fondo. Al irme de espaldas sentí como me liberaban; que en mi sangre, que llenaba todas las profundidades y que rebasaba todos los límites, el buitre, inexorablemente, se ahogaría.
Reporte de lectura de “El Buitre”, de
Franz Kafka[2]
Título
del texto, año de publicación y nombre del
autor: El Buitre,
1920, Franz Kafka
Tema
central: Una
crítica al ser humano como ente social pasivo.
Ideas principales de la
lectura: La obra gira
en torno a la angustia percibida a través de los ojos de los tres personajes
como tres perspectivas distintas; la primera es la obvia, el narrador que
es atacado por el buitre; este es un ser humano pasivo y por lo tanto su óptica
es estrictamente fatalista y resignada. La segunda perspectiva es la del hombre
que lo ve al pasar y que le ofrece una solución; este personaje tiene una
perspectiva realista pero voluntariosa aunque no deja de ser un ser humano
práctico y activo. La tercer perspectiva es la del buitre; un ave de rapiña que
actúa como un personaje dominante sin el menor reflejo de humanidad, que no
debe tenerlo puesto que es un buitre; que no siente culpa y tampoco puede
sentir empatía alguna con alguien a quien considera más débil en la jerarquía
evolutiva.
Resumen: Un personaje es atacado por un buitre en el área de los pies; el buitre está devorando sus zapatos y en ese momento un hombre que pasa al ver su triste condición le ofrece ayuda; él le dice que puede acabar con el buitre pero debe ir a su casa por un arma y regresar; el protagonista acepta no muy convencido, sin embargo el buitre ha escuchado todo y cuando el hombre se retira, el ave se lanza contra el protagonista y le comienza a destrozar la cara empezando por la boca, el protagonista sin moverse siente un gran alivio porque sabe que al menos su sangre terminará ahogando al ave de rapiña.
Opinión personal: En lo personal creo que este cuento está cargado de una severa crítica social; es la caricaturización de una sociedad pusilánime y conforme personificada por el narrador de la historia; que hubiera podido golpear al ave; salir corriendo cada vez que el buitre se aleja para volar en círculos; buscar un objeto para enfrentarse a él., etc. pero en lugar de elegir una acción el personaje elige la pasividad como respuesta a las ansias inacabables de destrucción; nos obliga a pensar en la sociedad sumisa y obediente que se conforma con la vida mecanizada a la que la ha limitado el estado moderno, que termina asimilando ese estilo de vida y lo convierte en su zona de confort. Pero el estado es un ave de rapiña; nunca tan perfectamente ejemplificada, de grandes fauces y estomago sin fondo que devora lo mismo a un hombre que a una sociedad entera.
Pero también podríamos afirmar que es la clara confrontación de lo personal contra lo colectivo; el yo y el superyó en una guerra para lograr imponerse. La pasividad del protagonista pareciera ser el refugio personal de quien busca conservar su individualidad; las ansias de la bestia sanguinaria, por otro lado, representaría la colectividad que muestra una feroz resistencia a lo otro, a lo distinto, a lo diferente y más aún si el portador de esa individualidad es renuente a enfrentarla; entonces la devora, tal como el buitre; que fiel a su naturaleza se alimenta de la carroña; porque debemos precisar que un espíritu que no combate ya ha dejado de estar vivo; es pues, la rapiña con que se alimenta el estado, la máquina voraz; el buitre kafkiano.
Conclusiones: En este cuento Franz Kafka nos obliga una vez más a presenciar el horror de la realidad circundante; porque el ser pasivo no es solo un individuo; no es Kafka impávido como siempre frente a la adversidad subjetiva; maniatado en la compleja relación con su padre; no es el narrador que hace de la derrota su forma de vida y de la resignación su redención; es el reflejo de una sociedad entera angustiada pero cansada; cansada de enfrentarse a los dueños del mundo que dictan las reglas y que amenazan con devorarlo; que se resigna a perder los zapatos; los pies, una sociedad que se conforma con optar por una de las opciones que el buitre-estado le permite elegir y que encuentra la redención en una alegría idiota imaginando el atraganto que sufrirá la bestia cuando termine de deglutirlo.
Reporte de lectura de
"La noche de los feos”, de Mario Benedetti[3]
El
cuento “La noche de los feos” forma parte del libro La muerte y otras sorpresas del escritor uruguayo Mario Benedetti
(1920-1998). Trata el tema de la importancia que la sociedad brinda a la
belleza física, quizá por el bombardeo mediático al que estamos expuestos y el alcance
que la apariencia física ha cobrado en nuestro tiempo.
Los
protagonistas sufren deformaciones en el rostro: ella tiene una mejilla sumida,
debido a una operación que le hicieron cuando era niña y él tiene una quemadura
junto a la boca. Naturalmente, la sociedad considera que son mal parecidos.
Se encuentran afuera de un cine, mientras hacen la cola para comprar boletos
para ver a dos actores guapos. Ella parece asumir mejor su situación, ya que
mientras él la mira fijamente no presenta señales de estar incómoda. Por
su parte, el narrador confiesa que odia su rostro y siente antipatía por Dios y
por otros feos.
El
joven la espera a la salida y la invita a tomar un helado. En la cafetería
todos los miran y critican. Ella, por su parte, se burla de la situación y le
comenta que quienes los critican deben estar pensando que son “tal para cual”.
A pesar de todo, cuando él le pregunta si le gustaría tener un rostro normal,
ella asiente.
Luego
de una larga plática, van al departamento del joven. Al principio se aman
con la luz apagada y las cortinas cerradas. Pero en un momento se acarician los
rostros deformes. Entonces encuentran la felicidad y descorren las cortinas
como si abrieran sus corazones y sus vidas.
El
cuento fue publicado en 1968 y sin embargo desde mi punto de vista sigue
vigente en cuanto a su tema, ya que ahora muchas películas, programas de
televisión y revistas se dedican únicamente a exaltar el tener un
exterior agradable y atractivo, sin importar el mundo interior de las personas.
Es necesario ser más tolerantes y contar con un código de valores que vaya más
allá de lo superficial.
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